Aprovechar cada momento para follar con la otra es la ley máxima de un marido infiel, pero si la amante en cuestión es la propia cuñada, o sea, la hermana de tu mujer, eso se convierte en algo vital si no quieres ser pillado en estos menesteres. Aún a riesgo de partirse la cabeza, este tío persigue a su hermana política incluso a la ducha para follarla ahí; y ella, que al principio era una chica tímida, ahora se ha convertido en una puta viciosa, y eso que dicen que las jovencitas asiáticas son muy recatadas… aunque claro, si joden en casa con sus cuñados, nadie ha dicho nada sobre el sexo familiar.