Cuando me disponía a marcharme de casa a tomar una birra con los colegas el pasado fin de semana, un leve gemido llamó mi atención. Provenía de la habitación de mi hermana, por lo que decidí echar un vistazo antes de irme. Me quedé de piedra con lo que vi. Ante mis ojos, la zorra de mi hermana estaba abierta de piernas y masturbándose el coño con un consolador eléctrico. Quise avisarle de que mis padres podrían venir de un momento a otro y pillarla in fraganti y la golfa me contestó invitándome a que me la follara.