Esta mañana he sabido lo que es pasar de la vergüenza al placer en tan solo unos instantes cuando mi padre ha entrado inesperadamente por la puerta del salón y me ha pillado masturbándome. Estaba tan centrada en lo mío que no me he dado cuenta de que había llegado a casa y me ha pillado metiéndome un lápiz por el coño. En lugar de marcharse y dejarme terminar, se ha ofrecido a rebajarme el calentón echándome un polvo.