Desde bien jovencita me he criado con mi padre porque mi madre nos abandonó y claro, me he acostumbrado a depender de él para todo. Con el tiempo tanto mis necesidades como las suyas han ido en aumento y tenemos que ingeniárnoslas para estar los dos satisfechos. Cuando yo necesito dinero para salir de fiesta, él siempre está dispuesto a dármelo sólo a cambio de echarme un polvo.