Seguro que a alguno de vosotros os ha ocurrido lo mismo que me ha pasado este fin de semana. Mi hermana se metió en el cuarto de aseo mientras me estaba dando un baño y se quedó boquiabierta al verme el rabo. Tras un breve instante de estupefacción entre ambos, se abalanzó hacia mí como un depredador sobre su presa, me cogió la polla y no paró hasta dejármela exprimida echándome un polvo que jamás olvidaré.