Hijo, ¿cómo te va con las chicas?

No hay situación más incómoda para un joven pajillero que cuando su madre le pregunta por las chicas. Ese momento en el que el chico empieza a ponerse rojo como un tomate y no sabe cómo decirle a su madre que no se come una rosca con las chicas de su edad. Menos mal que una madre siempre está ahí para «echarte una mano».

madre e hijo